Jengibre, la especia ideal para el frío
El jengibre es una especia originaria de los países asiáticos, muy aromática, con un sabor ligeramente picante que recuerda entre limón y pimienta. Se utiliza para potenciar el sabor de platos dulces y salados pero lo más interesante son sus propiedades medicinales.
La parte utilizada como especia es la raíz o rizoma de Zingiber officinale, que se puede encontrar fresca, seca, en polvo, en conserva o confitada con azúcar.
Según la Medicina Tradicional China el jengibre tonifica y calienta debido a su energía expansiva, por este motivo es una especia muy recomendada cuando hace frio. En Medicina Ayurvédica, se utiliza para tratar resfriados, náuseas, artritis y reumatismo. Hay que tener en cuenta que en personas sensibles, puede provocar ardor de estómago.
En los últimos años el jengibre se ha incorporado en nuestra cocina, desde las tradicionales galletas de jengibre anglosajonas a las infuiones. Se puede añadir en caldos, sopas, cremas y purés de verduras y compotas de frutas. Solo tenemos que aprender cómo añadirla a nuestra alimentación para aprovechar sus propiedades.
Propiedades del jengibre:
- Estimula la circulación de la sangre, muy bueno para los sabañones.
- Es sudorífico, una infusión con jengibre es muy útil para combatir gripes y resfriados.
- Es antiséptico de les vías respiratorias y expectorante, ayuda a eliminar mucosidades.
- Tiene propiedades antiinflamatorias, gracias al gingerol, uno de los componentes de su aceite esencial.
- Es antioxidante, para neutralizar los radicales libres y prevenir el envejecimiento.
- Tonifica la digestión, aunque no se recomienda en caso de gastritis o úlcera de estómago.
Una receta: Compota de peras al jengibre
Ingredientes:
- 3 o 4 peras Conferencia
- un puñado de pasas sin pepitas
- un trozo de raíz de jengibre fresco
Preparación:
Poner en un cazo un poco de agua, una pizca de sal y las pasas, hervir entre 5 y 10 minutos.
Añadir las peras peladas y cortadas en gajos, dejar que hiervan hasta quedar blandas.
Coger un trozo de raíz de jengibre de aproximadamente dos centímetros, pelar y rallar encima de una gasa, exprimir unas gotas del zumo dentro del cazo y dejar hervir un par de minutos más.
Como todas las especias hay que vigilar con la dosis, ya que si nos pasamos quedará demasiado picante.
Fuente: La nueva cocina energética, de Montse Bradford