Qué es la alergia alimentaria
Se conoce como alergia alimentaria un tipo de reacción adversa del organismo frente a un determinado alimento donde se activa el sistema inmune, en la mayoría de los casos mediante unos anticuerpos llamados inmunoglobulinas del tipo IgE. Se llama también alergia tipo I o inmediata porque tiene lugar de forma muy rápida y se manifiesta en cuestión de minutos a pocas horas después de haber ingerido, inhalado o entrado en contacto con el alimento, normalmente antes de dos horas.
Puede debutar a cualquier edad pero es más frecuente que empiece en los primeros años de vida.
Actualmente entre el 6 y el 8% de los niños menores de 10 años tienen algún tipo de alergia alimentaria y en el caso de los adultos estas cifras descienden al 3-4%.
Existen una serie de factores que pueden aumentar la predisposición a desarrollar una alergia alimentaria: factores genéticos, alteración de la barrera intestinal, presencia de asma, ejercicio físico y alcohol.
Las manifestaciones clínicas de la alergia alimentaria pueden presentarse a nivel digestivo pero también en otras partes del cuerpo:
PIEL: urticaria, angioedema y eritema generalizado. Son las manifestaciones más frecuentes y menos graves.
SISTEMA DIGESTIVO: prurito y angioedema en labios, lengua y paladar en el síndrome de alergia oral (SAO) muy frecuente con algunas frutas. También puede haber náuseas, vómitos, dolor abdominal y/o diarrea.
VIAS RESPIRATORIAS: prurito, conjuntivitis, estornudos y picores nasales. Puede presentarse asma por inhalación de vapores de cocción, por ejemplo cuando hay alergia al pescado o al marisco. En ciertos casos puede haber dificultad por respirar con broncoespasmo.
ANAFILAXIA ALIMENTARIA: cursa con síntomas cutáneos acompañados de broncoespasmo o síntomas gastrointestinales graves o del sistema cardiovascular (hipotensión, arrítmias). Es la manifestación más grave de la alergia alimentaria y puede desencadenar un shock anafiláctico.
En niños los alimentos que com más frecuencia pueden dar alergia son leche de vaca, huevo y pescado, mientras que en adultos son frutas y verduras, legumbres, frutos secos, pescado y marisco.