Consumir aceite de oliva virgen protege los huesos
El aceite de oliva es uno de los alimentos más característicos de la Dieta Mediterránea, reconocido por sus cualidades gastronómicas y nutritivas además de las propiedades saludables que presenta gracias a su excepcional composición.
Su valor nutritivo y terapéutico está directamente relacionado con su composición química, que es precisamente lo que lo hace tan especial. Los componentes del aceite de oliva se dividen en una fracción formada mayormente por ácido oleico (un tipo de grasa monoinsaturada) y otra fracción minoritaria en la que se encuentran componentes antioxidantes y antiinflamatorios como la vitamina E, beta-carotenos y polifenoles. Todo ellos con propiedades muy interesantes para la salud y la prevención de enfermedades.
Las más estudiadas han sido las enfermedades cardiovasculares. Gracias al proyecto PREDIMED realizado por investigadores españoles entre 2003 y 2011 con más de 7000 participantes que presentaban factores de riesgo cardiovascular, sabemos que el consumo regular de aceite de oliva virgen extra, junto con un patrón de dieta mediterráneo, reduce los niveles de colesterol LDL (el malo) y aumenta los niveles de colesterol HDL (el bueno), disminuye la aterosclerosis y el riesgo de trombosis y baja la presión arterial.
Pero el aceite de oliva también tiene efectos beneficiosos sobre la digestión y las enfermedades inflamatorias intestinales, la prevención de diabetes tipo 2, algunos tipos de cáncer y recientemente se ha descubierto que hasta protege los huesos y reduce el riesgo de tener una fractura osteoporótica.
Se trata de una investigación realizada en la Universitat Rovira i Virgili con 870 personas que formaron parte del proyecto PREDIMED y que han estado en seguimiento durante una media de 9 años. Los investigadores han comprobado que aquellas personas que han consumido más aceite de oliva virgen extra, equivalente a 4-5 cucharadas soperas al día, presentan la mitad de riesgo de sufrir fracturas por osteoporosis, independientemente de otros factores de riesgo.
Es la primera vez que se evidencia el papel del aceite de oliva en la protección de los huesos y que parece ser debido al conjunto de sustancias que lo componen, desde el tipo de grasa hasta los polifenoles y otros componentes, por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
Recordar que para beneficiarse al máximo esas cualidades, se debe consumir el aceite de oliva virgen extra en crudo, pues algunos de sus componentes se pierden con el calor.