Alimentación y enfermedad de Parkinson
Hay una estrecha relación entre la alimentación, el sistema nervioso y las enfermedades neurológicas como la enfermedad de Parkinson. Por un lado, los síntomas que van apareciendo con el progreso de la enfermedad pueden contribuir a un estado de malnutrición del paciente y a complicaciones como la disfagia. Y por otro lado, hay que tener en cuenta cuando tomar los medicamentos para evitar interacciones con los alimentos de la dieta y así optimizar la eficacia del tratamiento.
Los principales síntomas de la enfermedad de Parkinson son temblor en reposo, rigidez muscular, lentitud y poca amplitud de movimientos. Los temblores pueden afectar la forma de alimentarse dificultando movimientos tan simples como coger bien los cubiertos o acercar una cuchara a la boca. Pero también aparecen otros síntomas relacionados con la alimentación como son la pérdida de apetito, estreñimiento y dificultad para tragar (también conocida como disfagia).
Es pues importante cuidar la alimentación con unas buenas pautas dietéticas que aporten todos los nutrientes, evitando una pérdida de peso involuntaria y un estado de malnutrición que empeoraría el curso de la enfermedad.
Pautas dietéticas en la enfermedad de Parkinson:
- Hacer comidas poco abundantes y frecuentes, es decir, comer 5 o 6 veces al día, y escoger la máxima variedad de alimentos.
- Cuidar la presentación de los platos con alimentos de colores y formas diferentes adecuando los menús a la estación del año. Por ejemplo, en invierno un estofado de lentejas con cebolla, zanahoria y pimiento rojo, y en verano una ensalada de lentejas con tomate rallado, zanahoria rallada y aceitunas.
- Comer alimentos de todos los grupos: cereales, fruta y verdura, carne y pescado, huevos, lácteos, legumbres y frutos secos. Hay que comer pescado azul como sardinas, salmón o atún dos veces por semana por su contenido en grasas de tipo omega 3. Y se tienen que comer hortalizas y verduras frescas (sin cocinar, en forma de ensalada) para asegurar un buen aporte de vitaminas y minerales.
- Fomentar el consumo de alimentos ricos en fibra para evitar el estreñimiento, la fibra se encuentra siempre en alimentos de origen vegetal como verduras, frutas, hortalizas, cereales mejor integrales, frutos secos y legumbres.
- Utilizar aceite de oliva como fuente principal de grasa tanto para aliñar como para cocinar.
- Potenciar el sabor de los platos con especias y hierbas aromáticas, también con alimentos fuertes de sabor como el puerro, el ajo, pimiento, o limón.
- Beber entre 1,5 y 2 l de agua u otros líquidos al día (unos 8 vasos) a pesar de no tener sensación de sed. Puede ser agua sola o bien infusiones, caldos o zumos de frutas naturales. Evitar el té porque puede estreñir. Si hay dificultad para tragar los líquidos, utilizar espesidores o gelatinas que permitan adaptar la textura según las necesidades del paciente.
Uno de los fármacos más utilizados en el tratamiento del Parkinson es la levodopa. Se trata de un medicamento que interacciona con los alimentos, concretamente las proteínas de la dieta pueden dificultar la absorción de la levodopa a nivel intestinal y como consecuencia se pierde eficacia en el tratamiento. De manera que se aconseja tomar los medicamentos que lleven levodopa separados de las comidas, es decir, entre 30 y 60 minutos antes de comer o bien 1-2 horas después de las comidas.
Resumen del artículo publicado en la revista de la Associació Catalana per al Parkinson número 18.