¿Sabes qué es la disfagia?
La disfagia es un síntoma que se caracteriza por la dificultad en la deglución. Es decir, la persona que padece disfagia no puede tragar correctamente alimentos sólidos o líquidos.
Afecta sobretodo a personas mayores, pacientes con Alzheimer o enfermedad de Parkinson, pero también se da en otras enfermedades neurodegenerativas o en pacientes que han tenido un ictus.
Tiene una importante repercusión en la calidad de vida de los pacientes, que al no poder alimentarse correctamente empiezan a perder peso de forma involuntaria y pueden padecer problemas de desnutrición y deshidratación, o enfermedades respiratorias como neumonías por aspiración que pueden llegar a causar la muerte. Además, la desnutrición dificulta la curación de heridas, debilita el sistema inmunológico, incrementa la susceptibilidad a las infecciones y deteriora la función mental y física.
Es por eso que es muy importante conocer los síntomas y detectar la disfagia a tiempo, pues la mayoría de pacientes y también las personas que los rodean no son conscientes de ellos ni conocen la enfermedad.
Síntomas de disfagia:
- Tos o carraspeo durante y después de comer o beber
- Caída de los alimentos de la boca, babear
- Cambios de voz (afonía o ronquera) coincidiendo con las comidas
- Incapacidad de tragar de una sola vez una cucharada de comida
- Atragantamientos frecuentes
- Tiempo prolongado para terminar de comer
- Fiebre de 38º sin causa aparente
- Pérdida de peso inexplicada, malnutrición, neumonía
Para compensar los problemas de deglución hay que cambiar la textura de los alimentos y de los líquidos y adaptarlos a las necesidades de cada paciente, ya sea con el uso de espesantes en polvo o triturando la comida hasta obtener la textura más adecuada para el paciente. Se recomienda que la alimentación sea lo más variada posible y fraccionada en diferentes comidas para evitar el cansancio de comer. Es importante que las comidas tengan gran densidad nutricional para poder cubrir las necesidades con poco volumen.
No se aconsejan las gelatinas comerciales de los supermercados ya que se deshacen en la boca antes de tragarse y suponen un riesgo de atragantamiento. Hay que utilizar productos especialmente diseñados y formulados para los problemas de deglución.
Si conoces a alguien que puede padecer disfagia ponte en contacto con un profesional, la disfagia es diagnosticable y puede ser tratada.
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